Cuando empecé a escribir Cazar al Capricornio lo hice con la añoranza de lo que pudo haber sido y no lo permitieron, que España tuviera su propio lanzador de satélites, su propio cohete espacial.
Soy un apasionado de la astronáutica desde niño y me ilusioné como tal con este proyecto. Recuerdo como seguía cualquier pequeña noticia que salía sobre él. El proyecto se canceló por el gobierno de turno, no porque no fuera viable, sino porque dijeron que no era rentable.
Maqueta del Capricornio en el Museo del Aire de España (Madrid).
¿No era rentable el Capricornio? ¿No era necesario un pequeño lanzador de mini y micro satélites?Pues andando el tiempo parece ser que no, que hay mercado y que hay una carrera por conseguir hoy lo que España pudo obtener hace casi dos décadas. Eso es malo, pero al menos hay algo bueno, en la carrera hay una pequeña empresa española Payload Aerospace y estos van en serio, no solo tienen maquetas y powerpoints sino que han construido un banco de ensayos de motores cohetes y lo más impresionante, el primer motor cohete de combustible líquido español.
Cruzo los dedos por ellos, ya que enemigos no les van a faltar. Quizás haya ahí una nueva historia para Antonio Alba.
Soy un apasionado de la astronáutica desde niño y me ilusioné como tal con este proyecto. Recuerdo como seguía cualquier pequeña noticia que salía sobre él. El proyecto se canceló por el gobierno de turno, no porque no fuera viable, sino porque dijeron que no era rentable.
Maqueta del Capricornio en el Museo del Aire de España (Madrid).
¿No era rentable el Capricornio? ¿No era necesario un pequeño lanzador de mini y micro satélites?Pues andando el tiempo parece ser que no, que hay mercado y que hay una carrera por conseguir hoy lo que España pudo obtener hace casi dos décadas. Eso es malo, pero al menos hay algo bueno, en la carrera hay una pequeña empresa española Payload Aerospace y estos van en serio, no solo tienen maquetas y powerpoints sino que han construido un banco de ensayos de motores cohetes y lo más impresionante, el primer motor cohete de combustible líquido español.
Cruzo los dedos por ellos, ya que enemigos no les van a faltar. Quizás haya ahí una nueva historia para Antonio Alba.
El primer motor de cohetes de España, listo para poner a prueba
Su sueño está más cerca cada día. Aquella 'locura' que Raúl Torres y Raúl Verdú iniciaron al acabar la universidad, en 2011, empieza a ver la luz al final del túnel. El mes próximo, Payload Aerospace pondrá a prueba el primer banco de ensayos de motores cohete en España. Será un día clave para el equipo. Si la estructura de la instalación y el propulsor del vehículo espacial, ambos diseñados por la empresa de Elche, demuestran su validez, ésta será la mejor carta de presentación para captar la financiación millonaria que necesitan para cumplir su objetivo final: convertirse en la primera compañía privada española en poner un cohete en órbita.
De momento, ya han levantado un millón de euros y hasta han despertado la atención de los más prestigiosos rastreadores de talento. La organización estadounidense Kairos Society -que trabaja con universidades de primer orden mundial como Harvard, Stanford o el MIT- ha elegido a los fundadores de Payload entre los 100 mejores emprendedores del mundo menores de 30 años.
Este hito tecnológico ayudará a la empresa a levantar «millones de euros» para su cohete
La misión de Torres y Verdú es ambiciosa: ayudar a las pequeñas y medianas empresas a demostrar el funcionamiento de sus tecnologías en el espacio. A día de hoy, sólo tienen dos opciones: pagar un coste desorbitado, sólo apto para unos pocos privilegiados, o entrar a la cola de algún concurso de una agencia espacial. «El problema es que hay mucha gente interesada y muy pocas ofertas de lanzamiento, así que normalmente los experimentos no se llegan a probar nunca», explica Torres. Con su propio cohete, Payload pretende ofrecer este servicio a «un coste asumible».
La empresa, con sede en la Universidad Miguel Hernández de Elche, está a punto de dar el paso más importante en su historia. No en vano, ha dedicado los cuatro primeros años de su vida a prepararse para ello. Será una demostración de su 'know how', que les servirá para «avalar que somos buenos en lo que hacemos y que hemos entrado en un juego sin competencia». Si cumplen este primer hito tecnológico, los «inversores expectantes» tendrán la prueba definitiva de que vale la pena apostar por el equipo y así comenzar con el desarrollo del cohete o lanzador. ¿Complicado? «Más difícil fue conseguir un millón de euros con solo un PowerPoint, y lo logramos», responde, optimista, Torres.
El banco de ensayos. E. M.
Payload ha construido un banco de ensayos propio. El primer reto fue dar con la localización adecuada. Necesitaban un lugar despejado y, después de encontrarse con trabas en varias localizaciones de la provincia de Alicante, dieron con la ubicación perfecta en el aeropuerto de Teruel. Allí han alquilado por cuatro años una tierra campa de varios kilómetros de extensión. El pasado mes de noviembre iniciaron la construcción de la compleja obra, cuya ingeniería les ha costado dos años de trabajo.
La instalación consiste en una estructura metálica, de dos plantas, con dos chimeneas. El motor cohete se coloca sobre los depósitos de alimentación en el techo de la primera altura. «El fuego le llega a través de un tubo de hormigón y sale por la otra chimenea hacia el cielo», comenta Torres. El oxígeno líquido y el queroseno, que se usan como combustible, se almacenan en un depósito aparte. Además, dispone de un sistema antiincendios con un tanque de 50.000 litros de agua que tiene una autonomía de hora y media.
Rolls-Royce es la única empresa, hasta ahora, que ha creado un motor cohete en Europa
El segundo éxito de Payload ha sido eldiseño y fabricación de su propio motor cohete, el primero de combustible líquido de origen español. «Hemos superado una barrera tecnológica con este producto», destaca el cofundador de la 'startup'. Y es que sólo se ha creado otro similar por iniciativa privada en Europa. Lo hizo Rolls-Royce en los años 70. Una vez comprobado el correcto funcionamiento del motor y del banco de ensayos, comenzará la fase de diseño del cohete. En principio, Payload tiene previsto lanzar dos versiones del vehículo espacial: Arion I, para experimentos en microgravedad con vuelos suborbitales; y Arion II, para poner satélites en órbita.
Aunque el primer lanzamiento no está previsto hasta 2018, estos jóvenes inquietos ya han recibido reconocimiento internacional. Fue la Kairos Society, que respalda programas de cerca de 100 universidades de 35 países, quien en 2014 nombró a los fundadores de Payload como unos de los 100 jóvenes más influyentes del mundo. El equipo viajó hasta California, donde durante unos días se entrevistó con nuevos emprendedores y posibles inversores.
Tomado de http://www.elmundo.es/economia/2015/02/09/54d50b79e2704e35278b4570.html?utm_content=buffer12b6f&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer